VIDEO: Refugiado pakistaní se refugia en Dios tras sufrir tragedia en Tailandia

VIDEO: Refugiado pakistaní se refugia en Dios tras sufrir tragedia en Tailandia

01-03-2016
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Pakistán es uno de los países más peligrosos en el mundo para los cristianos. La persecución es tan severa que hay cantidades récord de personas que huyen del país. ¿el destino de muchos? Tailandia. Pero, para ellos, la vida no es nada fácil.

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Con su voz temblorosa y lágrimas en sus ojos, Mushtag Faisal dice que no tuvo opción más que dejar Pakistán.

“Mi vida está llena de retos”, indica.

Vecinos musulmanes acusan al joven cristiano de romper hojas del Corán y quieren asesinar a su familia.

“Tenía tanto miedo. Les dije que nunca haría algo así a su libro sagrado, pero no me creyeron”, comenta.

Temiendo por sus vidas, Faisal se llevó a su esposa, Samina y a su hijo Joshua a Tailandia, con esperanzas de empezar de nuevo, libres de las amenazas de muerte.

“Al momento de llegar a Tailandia, apliqué por asilo con las Naciones Unidas”, dice Faisal.

Sin embargo, seis meses después de llegar al país, Faisal no había recibido respuesta de la agencia de la ONU responsable de proteger a los refugiados. Y con su visa de turista válida por tres meses, expirada, el gobierno de tailandés envió a la policía de migración tras ellos.

“"No estaba en casa cuando llegó la policía al apartamento. Mi esposa les dijo que era una paciente de corazón y que no debían arrestarla, pero no la escucharon"”, comenta Faisal.

Bajo la ley tailandesa, cualquier refugiado que permanezca más tiempo de lo indicado por su visa es ilegal. Los apresados, como Samina, son llevados a un centro de detención migratoria o IDC.

“Ella estuvo bien durante los primeros tres días, pero se puso muy enferma el 20 de diciembre”, relata Faisal.

Faisal le suplicó a la ONU que la ayudaran.

“"Seguí pidiendo, llorando, pero no me escucharon”", indica Faisal.

Le rogó a los guardas que le dieran sus medicamentos.

"“Les dije: Si no hacen algo, ella morirá"”, dice Faisal.

Wilson Chowdry, un defensor de los derechos humanos, trató de intervenir, pero no tenía muchas esperanzas basado en experiencias pasadas.

“Lo que encontramos es que los guardias, destinados para proteger a estos detenidos, les niegan el acceso a la atención médica y medicamentos”, indica Chowdry.

Su grupo y otros, obtuvieron imágenes que muestran las condiciones inhumanas del centro, incluso hombres encadenados como perros.

“El hedor al entrar es insoportable. ¡Tienen dos servicios sanitarios para más de 200 personas!”, comenta Chowdry.

En algunos casos, hay hasta 200 personas hacinadas en habitaciones con capacidad para 100.

“Entonces duermen unos encima de otros, o estarían durmiendo de cuclillas o de pie”, indica Chowdry.

El 30 de diciembre de 2015, finalmente la ONU contactó a Faisal, pero con la noticia de que su esposa había muerto.

“Mi vida es terrible ahora. Enfrentamos tantas dificultades en Pakistán y por eso huimos a Tailandia. Ahora, estoy aquí y, ¡mi esposa está muerta! ¿Qué se supone que debo hacer? Mi hijo me sigue preguntando: ¿Dónde está mami? Pero, no puedo decirle la verdad”, dice Faisal.

Otros seis cristianos pakistaníes refugiados han muerto en los centros de detención en Tailandia.

Más de 100 mil pakistaníes han huido de su patria por la creciente violencia islámica. Reportes dicen que casi 11 mil están en Tailandia, muchos de ellos son cristianos.

El problema es que el gobierno local no quiere refugiados, de ningún tipo. Y puesto que Tailandia no ha firmado un acuerdo con las Naciones Unidas sobre los solicitantes de asilo, las personas como George Naz enfrentan un futuro difícil.

“Fuimos tratados como personas de segunda, en Pakistán. Ahora, enfrentamos condiciones similares”, comenta Naz.

Naz es un hombre buscado en Pakistán. En 2013, fue acusado de blasfemia por una corte islámica, pero escapó a Tailandia. Ahora, se esconde y espera. Como es ilegal, no puede trabajar, educarse o ir al hospital.

"“Estoy asustado de salir porque la policía me puede arrestar en cualquier momento"”, dice Naz.

CBN News visitó un complejo de viviendas en Bangkok, donde decenas de familias cristianas pakistaníes están hacinados en pequeños apartamentos, viviendo ilegalmente.

"“Por ejemplo, vivimos en una habitación con otras cuatro familias. Nuestros hijos no pueden ir a la escuela, por ser considerados ilegales. Todo el día estamos en casa"”, comenta Shagufta Hayat, quien escapó de Pakistán.

Durante las mañanas de domingo, un puñado de familias cristianas de Pakistán se arriesgan a la detención para asistir a una iglesia secreta.

Varados en Tailandia durante años, muchos esperan y oran para recibir un estado de refugiado de la ONU y luego, ubicarse en un tercer país.

En este momento algunas organizaciones cristianas les ayudan a ellos y otros con comida y otros gastos. Pero, la necesidad es abrumadora.

Por ahora, Faisal se aferra a lo único que le trae consuelo. Él lee versículos de Salmos 121, recordándole a su hijo, Joshua, que Dios es quien cuida de todas sus necesidades.

"“Confío en Dios, solo Dios puede ayudarnos en tiempos difíciles"”, concluye Faisal.

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