La decisión de la Corte Suprema de Brasil de despenalizar el aborto de niños hasta 12 semanas, produjo diferentes protestas en el Congreso Nacional.
Entre los numerosos debates y discursos, el Frente Parlamentario Evangélico, el Frente Parlamentario Católico y el Frente Parlamentario Mixto en Defensa de la Vida y la Familia hicieron una demostración pública y leyeron una nota oficial.
Portando pancartas, carteles y banderas, corearon consignas que expresaban su descontento con la decisión del Tribunal, que nuevamente intenta legalizar el aborto.
Dos días después de que el Poder Judicial anunciara su decisión, los grupos religiosos del Parlamento se reunieron para trabajar juntos contra la Corte Suprema. El diputado Joao Campos, un pastor de las Asambleas de Dios y actual presidente del Frente Parlamentario Evangélico llamo la situación como un "grave precedente" legal, recordando que la tarea de decidir sobre leyes en el país es de los diputados y no de los jueces.
"No hay ninguna ley que se superponga al derecho a la vida", reitera el documento leído por Campos, en nombre de los parlamentares cristianos, repudiando "cualquier intento de liberar el aborto". Aseguró que las leyes brasileñas vigentes protegen los derechos de los ciudadanos desde su concepción.
Llamó a todos los cristianos de Brasil a interceder por el país y unirse en las protestas contra la liberación del aborto en suelo brasileño. El objetivo es unir fuerzas en apoyo de iniciativas para poner fin a esta situación.
Entre los diputados católicos, el más incisivo fue Diego García, quien habló sobre su esposa que tiene tres meses de embarazo y dijo que ellos ya pueden oír el corazón de su hijo. También indicó no creer que la Corte Suprema pueda ignorar esto. Y pidió a los católicos y evangélicos mantenerse unidos en esta lucha.
Presionado por las manifestaciones de los diputados, el presidente de la Cámara, Rodrigo Maia, anunció la creación de una comisión especial para revisar la legislación que regula el aborto en el país.