La Constitución Política de Turquía garantiza la libertad de culto para sus ciudadanos, sin embargo, en las últimas semanas el evangelista callejero, David Byle, ha enfrentado persecución por su trabajo. Él asegura que el Gobierno intenta sacarlo porque no les gusta lo que hace.

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El pasado 6 de abril las autoridades turcas arrestaron al evangelista, David Byle, bajo el cargo de “alterar el orden público”. Él estuvo en prisión durante ocho días.

Según el predicador, hay muchas personas que no están de acuerdo con su labor por ser un país mayoritariamente musulmán.

“La corte es pro-gobierno islámico y no están muy felices, por eso están tratando diferentes formas para deportarme, arrestarme o negarme la entrada”, dijo Byle a Mundo Cristiano.

En este momento una corte analiza si Byle debe ser deportado o puede permanecer en el país. El evangelista ha vivido en Turquía desde hace 17 años.

Pero él no está atemorizado por su arresto. Al contrario, da gracias a Dios, pues asegura que pudo compartir con muchos su testimonio.

“El tiempo en prisión fue maravilloso porque pude hablar con mucha gente y muchos estaban curiosos de saber porque yo estaba ahí, por los cargos en mi contra y pude hablar con mucha gente que de otra manera no habría sido posible, como combatientes de ISIS y otra gente muy interesante, que vive en países que no tienen acceso abierto al evangelio”, comentó Byle.

Byle asegura que no dejará de predicar. Pues muchos de los miles en Turquía tienen un trasfondo musulmán. Este evangelista pide a los creyentes alrededor del mundo que oren por la Iglesia del Medio Oriente. Y para que Dios lo ayude a permanecer en Turquía predicando el evangelio.

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