Según informes, una universidad del Reino Unido ha señalado los cuatro evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, y un relato del libro del Génesis, advirtiendo a los estudiantes de literatura inglesa que estudian fuentes bíblicas y clásicas este semestre que el contenido contiene "descripciones gráficas de lesiones corporales y violencia sexual".

La Universidad de Sheffield ha incluido una advertencia de contenido en obras literarias que tratan sobre la crucifixión de Cristo y la historia de Caín y Abel, según solicitudes de acceso a la información obtenidas por el diario británico  Daily Mail . La universidad señaló que «una advertencia de contenido es una herramienta académica estándar que se utiliza para indicar cuándo se abordarán temas sensibles o explícitos».

"Su objetivo es garantizar que los temas puedan abordarse y discutirse de forma abierta y crítica, al tiempo que se prepara a los estudiantes que puedan encontrar difíciles esos detalles", afirmó la universidad en un comunicado. 

Sin embargo, cristianos e historiadores declararon al periódico británico que las directrices dadas a los estudiantes son "erróneas" y "absurdas".

"Aplicar advertencias de contenido sensible a las narrativas de salvación que han dado forma a nuestra civilización no solo es desacertado, sino absurdo. Señalar a la Biblia de esta manera es discriminatorio y profundamente mal informado", dijo Andrea Williams, directora ejecutiva del Centro Legal Cristiano.

Continuó: «Sugerir que la historia de la crucifixión implica "violencia sexual" no solo es inexacto, sino una profunda mala interpretación del texto. El relato de la muerte de Jesús no es una historia de trauma; es la máxima expresión de amor, sacrificio y redención, elementos centrales de la fe cristiana».

Los historiadores señalan que el relato bíblico de Caín y Abel no detalla cómo Caín mata a su hermano. 

"Ni los Evangelios ni el Génesis dan relatos explícitos del asesinato de Abel ni de la crucifixión de Jesús, y a qué se refiere la etiqueta de 'violencia sexual' es un misterio", dijo Angus Saul, jefe de comunicaciones del Instituto Cristiano.

"Si bien tanto cristianos como no creyentes pueden sentirse profundamente conmovidos por las poderosas y perdurables palabras de las Escrituras, tales pasajes son mucho menos explícitos que muchos de los textos obligatorios con los que entran en contacto los estudiantes de literatura inglesa", agregó. 

Los críticos califican la advertencia de la universidad de "absurda" y condenan la medida como una "forma vacía de censura disfrazada de sensibilidad".

"Creo que es típico de la cultura que quiere sexualizar a nuestros hijos y tener drag queens y todo ese tipo de cosas, y que quiere censurar la Biblia", dijo el podcaster católico Mark Lambert a GB News . 

“¿Sabes? Quieren censurar el libro que construyó nuestra civilización”, añadió. “Esto no es educación. Es una evasión superficial que socava el propósito mismo de la academia”. 

Esta no es la primera vez que académicos intentan censurar literatura religiosa. 

Como señala el Instituto Cristiano , el año pasado la Universidad de Nottingham incluyó una advertencia en algunos materiales de cursos de literatura medieval para indicar que su contenido cristiano podría resultar perturbador para algunos estudiantes. 

A los estudiantes de pregrado que cursaban "Chaucer y sus contemporáneos, c. 1380-c. 1420" se les dijo que algunos de los textos contenían "casos de violencia, enfermedades mentales y expresiones de fe cristiana".

El Instituto Cristiano señala que la escuela no advertía sobre el "contenido sexualmente explícito o antisemita en los escritos de Chaucer", sino que se centraba exclusivamente en el cristianismo en su etiqueta. 

La universidad defendió su postura en un comunicado.

"Este aviso sobre el contenido no presupone que todos nuestros estudiantes provengan de un entorno cristiano, pero incluso aquellos estudiantes que son cristianos practicantes encontrarán alienantes y extraños algunos aspectos de la cosmovisión tardomedieval que encontrarán en Chaucer y otros autores", escribió un portavoz de la Universidad de Nottingham.