El gerente de Nike para América del Norte, entregó su vida a Cristo cuando atravesaba momentos difíciles.
Jordan Rogers admitió que no hubiese llegado a tener éxito en su carrera, si no fuera por Dios, quien lo libró de las drogas y el suicido.
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En un video del proyecto cristiano "Soy Segundo", Rogers dijo que hace 13 años es libre de la adicción a las sustancias dañinas. Hoy ve a las drogas como una pesadilla que no quiere vivir más.
Vea el video en inglés, a continuación:
"La heroína llegó a mi vida cuando cumplí 15 años de edad. Un amigo mío estaba haciendo algo y cuando él levantó su cabeza tenía una mirada de una aparente satisfacción", dijo Rogers a Christian Today.
Antes de los 20 años, Rogers ya era totalmente adicto a la heroína y no podía dejarlo. Su adicción a las drogas lo ponía tan mal, que necesitaba sustancias más fuertes para hacerle sentir aliviado. Pero ya nada funcionaba, entonces Rogers pensó en el suicidio.
"Tuve ese agujero negro en mi alma y sólo quería cambiar la forma como me sentía. Yo quería ser nuevamente una persona normal, quería sentirme igual que todos", dijo.
La adicción de Rogers fue tan fuerte, que incluso consideró acudir a un centro de recuperación. Finalmente, un tribunal ordenó internarlo en una prisión por un delito que cometió. Fue allí donde conoció a Dios.
"En una oportunidad en la prisión, pensé que yo no estaba hecho para esto. Merezco estar aquí, pero no pertenezco aquí. Ya no tenía las drogas y alcohol para echarles la culpa, estaba completamente sobrio para darme cuenta de las consecuencias de mis actos".
A pesar de haber ignorado a Dios durante toda su vida, Rogers inclinó su cabeza y oró a Dios pidiendo ayuda: "Dios... Necesito tu ayuda". dijo.
"Mi vida tenía que cambiar drásticamente. Estaba en ese momento destrozado", recuerda. "Doy gracias a Dios porque pasé 13 meses en prisión y cada minuto que pasaba era para tener la oportunidad de continuar luchando".
Después que salió libre, conoció el Evangelio de Salvación y entregó su vida a Cristo, considerando ese momento, como el mejor de su vida.