El presidente colombiano Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC sellaron el jueves el acuerdo del cese bilateral y definitivo del fuego, de desmovilización y dejación de armas de los rebeldes, tres pasos previos para dar por terminado un conflicto armado que lleva más de medio siglo y ha dejado unos 220.000 muertos, miles de desaparecidos, y millones de víctimas y desplazados.
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En una ceremonia celebrada en La Habana, Santos y el comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, o 'Timochenko', escucharon a la lectura de un acuerdo que detalla cómo unos 7.000 rebeldes van a dejar las armas y se van a desmovilizar una vez el acuerdo final de paz se suscriba.
"La decisión de las partes representa un paso de avance decisivo, el proceso de paz no tiene vuelta atrás", dijo el presidente de Cuba, Raúl Castro. "La paz será la victoria de toda Colombia pero también de toda nuestra América".
El anuncio fue hecho por los delegados de los países garantes, Cuba y Noruega, en presencia del Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon, y los presidentes de México, Chile, Cuba, Venezuela, entre otras personalidades de la región.
"Hoy se abre un nuevo capítulo, que nos devuelve la esperanza y que les da a nuestros hijos la posibilidad de no repetir la historia", dijo el presidente Juan Manuel Santos al final de la lectura del acuerdo. "Nos llegó la hora de ser un país con esperanza. El fin de las hostilidades queda asegurado. No habrá más víctimas de esta guerra entre los hijos de una misma nación".
El cese del fuego bilateral, la desmovilización y dejación de las armas comenzarán con la firma del acuerdo final de paz y los dos últimos puntos tendrán un plazo y desarrollo de 180 días.
Las armas se entregarán a observadores no armados de la ONU y el proceso será verificado por una instancia de monitoreo encargada de resolver conflictos, presentar recomendaciones y reportes, integrada "principalmente por observadores de países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)", delegados de las FARC y el gobierno colombiano.
Reacción de la Iglesia
Días antes de este histórico acuerdo, mediante un video en Youtube, la Confederación Evangélica de Colombia (CEDECOL) mostró su apoyo al cese del fuego en su país.
Es importante agradecer a Dios porque Colombia va a entrar en una nueva etapa, la etapa de la paz, dijo el presidente de CEDECOL, Eduardo Castaño, en la grabación.
(El acuerdo de paz) es algo bueno para el país. Indudablemente es la primera vez que algunos de nosotros podemos hablar de que en Colombia va a haber paz. Porque por más de 50 años esta ha sido una experiencia de guerra, añade.
Al estar firmado el acuerdo de paz, ¿ahora qué sigue?
Es importante que tengamos en cuenta que de aquí en adelante talvez los desafíos van a ser más grandes: hay desacuerdos, hay que buscar la reconciliación y el perdón, hay que restituir, hay que devolver tierras. Bueno, hay toda una serie de cosas que hay que hacer y es muy problable que muchas personas se desilusionen porque dicen: Yo no sabía que esto era así.
El pastor Castaño indicó que tras firmarse el documento, ahora es que comienza el proceso de paz, a hablar de tú a tú, y cuando empezamos a decir: Me equivoqué, a ponernos de acuerdo en decisiones políticas.
Animo a los colombianos, especialmente a las iglesias cristianas, a que oremos mucho porque hoy firmamos algo, pero después vienen realmente los acuerdos, el acomodarnos, el poder decir hagámoslo de esta manera.
Para Castaño, la firma tiene que ir acompañada de decisión, de hacer las cosas bien.
Nosotros como cristianos estamos listos a acompañar ese proceso, porque la paz es algo que tiene que ver con la vida del cristiano y nosotros no podemos decir: Queremos la guerra debemos decir: Queremos la paz. Debemos abrir nuestros santuarios, nuestros templos, nuestros lugares de reunión. En el último rincón de Colombia, ahí una iglesia pequeña, con una chocita, con un techo de lata, ahí donde se reúnen los creyentes puede haber un santuario de reconciliación entre la guerrilla, el Gobierno, el ejército y los únicos que podemos hacer de facilitadores en ese espacio somos nosotros los cristianos, que hemos decidido dar de nuestra vida para que esta nación sea mejor, concluyó.
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