Mientras un número récord de creyentes luchan con la tentación de ver pornografía, el autor y teólogo John Piper señala a los cristianos un versículo que debería motivarlos a resistir la lujuria.

Como informó CBN News el otoño pasado , un nuevo estudio, Beyond the Porn Phenomenon, una iniciativa conjunta de Barna Group y Pure Desire Ministries, descubrió que alrededor del 54% de los cristianos y el 68% de los no cristianos admitieron ver pornografía. Y, al desglosar la encuesta, reveló que el 75% de los hombres cristianos y el 40% de las mujeres cristianas usan pornografía en distintos grados.

En su podcast “Pregúntele al pastor John”, el ministro de 79 años respondió una pregunta de un oyente llamado Derek, quien se preguntaba sobre la relevancia del Salmo 16:11 en la batalla cristiana contra la tentación hacia la lujuria.

En el pasaje del Antiguo Testamento, el rey David escribió: “Me mostrarás el camino de la vida, concediéndome el gozo de tu presencia y los placeres de vivir contigo para siempre” (NTV).

Piper animó a los creyentes a que se sintieran motivados a rechazar la satisfacción pecaminosa pasajera debido a la promesa de un gozo eterno en la presencia de Dios. La pornografía ofrece una satisfacción falsa en comparación con la gratificación eterna que proviene de Jesús.

“La Biblia”, dijo, “usa el miedo y la esperanza para alejarnos de la impureza”.

El ministro, que vive en Minneapolis, mencionó Romanos 8:13, donde el apóstol Pablo escribió: “Porque si viven según sus preceptos, morirán; pero si por el poder del Espíritu hacen morir las obras de su naturaleza pecaminosa, vivirán” (NTV).

Piper dijo que un tema central de las Escrituras es la yuxtaposición del miedo y la promesa.

“El infierno es real, el cielo es mejor. Huyan del infierno, busquen el cielo”, señaló, destacando las consecuencias del pecado y los beneficios de la rectitud. Agregó: “Ninguna otra religión revela a un Dios que envió a Su propio Hijo para soportar el castigo por los pecados de Sus enemigos”.

Finalmente, Piper animó a Derek —y a otros creyentes que se enfrentan a la misma tentación hacia la lujuria— a reflexionar sobre las dos realidades establecidas en la Biblia: “Mi mente se vuelve hacia la belleza, y mi mente se vuelve hacia la sangre”.

La belleza es la promesa de la presencia eterna con Dios y la sangre es el sacrificio de Jesús que hizo posible la reconexión con Dios. Esas dos verdades, tomadas en conjunto, son el mejor motivador para la pureza, afirmó.

“Mis oídos escuchan a Jesús decir: ‘Sufrí la crucifixión para alejarte de los placeres fugaces del pecado y la lujuria para que abrazaras la plenitud del gozo y los placeres para siempre’”, dijo. “Y, de esa manera, el Salmo 16:11 es la mayor promesa comprada al mayor precio y, por lo tanto, oro para que se convierta en el mayor poder para la pureza”.