LONDRES, Inglaterra – Aunque muchos ya sabían sobre el caso de "crimen de pensamiento" contra un veterano del ejército británico, el vicepresidente JD Vance lo trajo nuevamente a la atención mundial en un discurso en la Conferencia de Seguridad de Munich el 14 de febrero.

"Hace poco más de dos años, el gobierno británico acusó a Adam Smith-Connor , un fisioterapeuta de 51 años y veterano del ejército, del atroz crimen de pararse a 50 metros de una clínica de abortos y orar en silencio durante tres minutos, sin obstruir a nadie, sin interactuar con nadie, simplemente orando en silencio por su cuenta", dijo Vance.

Smith-Connor fue condenado el otoño pasado por orar en la "zona de contención" de una clínica de abortos. Cuando los agentes de policía se acercaron a él, le preguntaron: "¿Cuál es la naturaleza de su oración de hoy?".

Smith-Connor respondió: "¿Cuál es la naturaleza de mi oración? Estoy orando por mi hijo", lo que hace que la acusación contra él sea lo que muchos llaman un "delito de pensamiento". Nos encontramos con Smith-Connor en una iglesia en Southampton, Inglaterra, donde nos contó de un sueño que lo llevó al movimiento pro vida, un sueño en el que estaba masacrando a un bebé.

Él contó: "Estaba descuartizando a este bebé, como si estuviera descuartizando un asado dominical. No tenía ningún sentimiento de culpa ni nada, y no sentía nada mientras lo hacía. Cuando me desperté, fue como una pesadilla al revés. Estaba tan horrorizado porque había descuartizado a este niño que sabía que era mi hijo. Y me horrorizó no haber sentido nada mientras lo hacía. Y durante los días siguientes, me di cuenta de que estaba relacionado con un aborto que había pagado dos décadas antes. Ese aborto ni siquiera se me había pasado por la cabeza. Pero Dios sabía que eso estaba sentado en mi conciencia. Él sabía que no iba a resolverlo por mí mismo y que eso necesitaba ser limpiado. Entonces, siento que me dio esa visión, ese sueño, para despertarme a lo que había sucedido".

Comenzó a acudir a clínicas de aborto para orar por su hijo y finalmente sería acusado de un delito por orar.

Smith-Connor dijo que los agentes de policía "tomaron esa decisión porque sabían que mi hijo había muerto en un aborto y que, por lo tanto, yo estaba violando la zona de protección. Y me pidieron que abandonara el área. Me negué porque no creo que la oración pueda considerarse un acto criminal o ilegal. No me acerqué a nadie. No hablé con nadie. Ni siquiera miré a nadie. Y, de hecho, si hubieras estado en la clínica, no me habrías visto desde la clínica porque estaba detrás de un árbol, fuera del campo visual de la entrada de la clínica".

La nueva ley de zonas de amortiguación del Reino Unido establece que "...es ilegal que cualquier persona haga algo que influya intencional o imprudentemente en la decisión de alguien de utilizar servicios de aborto... La ley se aplicará dentro de un radio de 150 metros del proveedor del servicio de aborto".

Lois McLatchie Miller, de Alliance Defending Freedom International, dice que el uso de la palabra "influencia" por parte del gobierno ha creado una ley muy amplia que potencialmente puede usarse contra conversaciones privadas e incluso contra los pensamientos y oraciones de una persona.

Miller nos dijo: "Al utilizar una palabra como 'influencia', no queda muy claro qué significa la ley. ¿Qué pasa con una madre que le pregunta a su hija: '¿Estás segura?' ¿Es eso una 'influencia'? ¿Y con una amiga que ofrece apoyo a una mujer que está considerando continuar con su embarazo? ¿Es eso una 'influencia'?"

Livia Tossici-Bolt , una científica médica jubilada de 63 años de Bournemouth, Inglaterra, también fue condenada bajo la ley la semana pasada por sostener un cartel que decía "aquí para hablar, si quieres" dentro de la zona de protección de una clínica de abortos y hablar con mujeres que se acercaron a ella. 

En Escocia, los ciudadanos que viven en zonas de contención recibieron cartas advirtiéndoles de que podrían violar la ley si estuvieran dentro de sus propias casas. Algunos creen que esto podría incluir orar cerca de una ventana si pasa una mujer que busca un aborto. 

Adam Smith-Connor dijo que está agradecido con el vicepresidente JD Vance por defenderlo ante los líderes mundiales.  

Smith-Connor es un veterano del ejército británico que arriesgó su vida en Afganistán. Este caso le hace reflexionar sobre el precio personal que pagó por la libertad y por un amigo cercano que murió para proteger los mismos derechos que su gobierno ahora le está quitando.

"Siento una profunda tristeza por nuestra nación. El hecho de que hayamos caído tan bajo tan rápidamente es verdaderamente impactante para mí. Creo en la Biblia y en lo que ella dice, y lo vivo en mi vida. Y cuando las leyes civiles se apartan de las leyes de Dios, entonces debo seguir las leyes de Dios. Y el absurdo de ser juzgado por el contenido de tu mente, el contenido de tus oraciones, simplemente no tiene lugar en una sociedad liberal, libre y democrática".

"Y sin embargo, aquí estamos."

La apelación de la condena de Adam se ha fijado para julio.