Estrella de Hollywood afirma que los cristianos pueden llevar el Espíritu Santo a los sets de filmación
La hija de un ministro bautista del sureste de Georgia, Masey McLain no es una típica estrella de Hollywood, y tampoco tiene miedo de llevar sus convicciones cristianas a los sets de sus películas.
“El reino de Dios está en todas partes”, declaró McLain a CBN News durante el estreno con alfombra roja de su nueva película, “Soul on Fire”, que se estrena en cines de todo el país el viernes. “Albergamos al Espíritu Santo: lo llevamos a un set, lo llevamos a una película, lo llevamos a una historia”.
La nueva película, un proyecto de Sony Pictures, es una película biográfica que narra la milagrosa historia de John O'Leary, originario de San Luis, quien, con tan solo 9 años, sufrió quemaduras graves en el 100% de su cuerpo a causa de una explosión accidental en la casa donde creció. Como resultado, se le dio un 1% de probabilidades de sobrevivir.
En la película, McLain, de 31 años, interpreta a la esposa de O'Leary, Beth.
“Una de mis cosas favoritas en las Escrituras es cuando habla de colaborar con Dios, y que no se trata de pedirle a Dios que lo haga todo y luego simplemente dejar que Él lo haga o hacerlo todo nosotros mismos”, dijo, haciendo referencia a 1 Corintios 3:9. “Colaboramos con Él, y lo siento cuando estoy en el set. Siento que no lo hago sola, que no lo hago por mi propia cuenta”.
McLain, quien llegó a la fe en Jesús en un evento de avivamiento cuando tenía 7 años, dijo que la primera vez que se inspiró para trabajar en películas fue porque Dios "vive en mí, me da poder y lo estamos haciendo juntos".
“Eso logra algo que ningún hombre puede hacer por sí solo”, dijo en el estreno en San Luis. “Cuando te asocias con el Espíritu Santo, eso es lo que tiene el poder de transformar vidas, no personas”.
O'Leary, por su parte, dijo a CBN News que la historia de su vida, de la que habló con gran detalle en el podcast “Faith in Culture” , es principalmente una de transformación del Evangelio, no sólo una recuperación física milagrosa.
Hablando de sí mismo, O'Leary dijo que la parte más difícil de su transformación no fue sobrevivir a un incendio aparentemente insalvable, sino superar un sentimiento de hundimiento y de indignidad.
“La única fuente de la dignidad no fue mi trabajo, mi esfuerzo ni mi éxito, sino la gracia de Dios”, dijo. “Van a presenciar esto en toda la vida de este chico, a medida que pasa de sufrir quemaduras a lidiar con las cicatrices, pero verán la mano de Dios en la gente común, en héroes comunes. Aquí es donde se vive el Evangelio”.
O'Leary, ahora un reconocido autor y orador motivacional, también le da crédito a Dios por su sorprendente recuperación física.
“No es cuestión de valentía, tenacidad ni voluntad propia”, dijo sobre cómo se recuperó milagrosamente de una sentencia de muerte casi segura. “Es la mano de Dios. Es una historia de milagros”.
Añadió que fueron las oraciones de tantas personas en todo el país las que lo ayudaron a seguir adelante.