Combatiendo al «asesino silencioso»: Los beneficios de la gratitud para la salud y cómo alcanzarlos
A lo largo de miles de años, las Sagradas Escrituras nos recuerdan la importancia de dar gracias por nuestro bienestar espiritual. Actualmente, los médicos también recomiendan desarrollar un profundo sentido de gratitud por sus beneficios para la salud.
La gratitud reduce el estrés
Las investigaciones muestran abrumadoramente que una actitud de gratitud es buena para nuestra salud, tanto mental como física, principalmente porque reduce el estrés, el llamado "asesino silencioso".
La Dra. Anna Ord, decana de la Facultad de Salud y Ciencias del Comportamiento de la Universidad Regent, dijo a CBN News que cuando nuestro cerebro se concentra en la gratitud, los niveles de las hormonas del estrés, cortisol y adrenalina, disminuyen, lo que conduce a una mejor perspectiva de la vida y a una mejor salud.
"Dormimos mejor. Estamos más motivados para hacer ejercicio y comer bien. Estamos más motivados para cuidarnos", dijo. "Las investigaciones han demostrado que unos niveles más bajos de esas hormonas del estrés son mejores para el sistema inmunitario. Nos enfermamos menos. Nos recuperamos más rápido. Esto reduce la presión arterial".
La buena noticia es que incluso las personas que carecen de sentido de gratitud pueden desarrollarlo.
Neuroplasticidad
"Usamos una palabra importante: 'neuroplasticidad'. En términos sencillos, significa que nuestro cerebro puede cambiar con el tiempo, según nuestras experiencias", explicó Ord.
Ella afirma que cuando nuestra mente se concentra repetidamente en pensamientos negativos, estas vías neuronales pueden arraigarse en nuestro cerebro y las usaremos automáticamente. Sin embargo, al cambiar intencionalmente esos patrones de pensamiento a positivos, podemos crear nuevas vías neuronales positivas.
"Así es como reconfiguramos nuestro cerebro para que utilice esas vías, vías de pensamiento más positivas, que a su vez se traducirán en beneficios para la salud", dijo el Dr. Ord.
Creando nuevas vías neurológicas
Los expertos creen que una de las mejores maneras de entrenar, o reentrenar, nuestra mente es pensar en nuestras bendiciones. Esto podría implicar comenzar cada día con una lista de agradecimientos. La escritora cristiana Ann Voskamp , autora de Gifts and Gratitudes , declaró a CBN News que al centrarnos en nuestras bendiciones cada mañana, marcamos la pauta para el resto del día.
"Si puedes tomar un bolígrafo y escribir al menos tres cosas por las que estás agradecido cada día al comenzar el día y entrenar tus ojos para verlas", dijo, "lo que estás haciendo es ampliar tu perspectiva para ver alegría durante el resto del día".
Para algunos, puede ser más fácil decirlo que hacerlo.
"Me identifico completamente y comprendo lo difícil que es cuando uno sufre un duelo traumático profundo o lidia con dolor crónico", dijo Voskamp. "¿Podrías tomar la Palabra de Dios y escribir que estás agradecido por una promesa suya? Creo que, si nos centramos en esto, no damos gracias a Dios por cómo nos sentimos. Le damos gracias por quién es".
Agradece a los demás y agradece a Dios
Además de llevar un diario, los expertos recomiendan expresar gratitud a los demás por escrito, como una nota escrita a mano o un correo electrónico, así como en persona, ya sea a un ser querido o a un extraño.
"Eso también tiene un efecto enorme en nuestro estado de ánimo y en nuestros niveles de ansiedad más bajos, mejora nuestras relaciones y, en general, nuestra sensación de bienestar", afirmó el Dr. Ord.
Quizás lo más importante es que debemos comenzar nuestras oraciones dando gracias.
Filipenses 4:6 dice: « No se inquieten por nada, sino que en toda situación, con oración y súplica, presenten sus peticiones a Dios». ¿Con qué? «Con acción de gracias, presenten sus peticiones a Dios» —señaló Voskamp.
Así que, aunque algunas personas sienten que sus vidas necesitan mejorar antes de poder sentirse agradecidas, los expertos creen que es al revés. Al dar gracias con regularidad, nos volvemos aún más agradecidos y experimentamos más alegría, independientemente de nuestras circunstancias.