Revelan Nuevos Descubrimientos de los Rollos del Mar Muerto con Ayuda de la Inteligencia Artificial
Investigadores están usando inteligencia artificial (IA) para obtener nuevos conocimientos sobre los Rollos del Mar Muerto, los manuscritos más antiguos conocidos de textos bíblicos como Génesis, Éxodo, Isaías, Reyes y Deuteronomio. Gracias a esta tecnología, se ha determinado que algunos de estos documentos podrían haberse escrito hace unos 2,300 años, lo que los sitúa hasta 150 años antes de lo que se pensaba anteriormente.
Según un estudio publicado en la revista PLOS One, esta nueva datación coloca, por ejemplo, fragmentos del libro de Daniel en el mismo periodo en que habría vivido su autor, según la tradición bíblica.
"Los Rollos del Mar Muerto fueron revolucionarios desde su hallazgo porque cambiaron por completo nuestra comprensión del judaísmo antiguo y del cristianismo primitivo", explicó Mladen Popović, decano de la Facultad de Religión, Cultura y Sociedad de la Universidad de Groningen, Países Bajos.
De los aproximadamente mil manuscritos encontrados en las cuevas de Qumrán entre 1946 y 1947, más de 200 corresponden a textos del Antiguo Testamento. Hasta ahora, los expertos dependían de la paleografía y del carbono 14 para fechar los documentos. Pero la herramienta Enoch, desarrollada con IA, ha permitido analizar estilos de escritura en 27 fragmentos del tamaño de una uña, y compararlos con manuscritos similares de la región.
Popović explicó que esta tecnología funciona como una “máquina del tiempo”, ya que permite observar cómo escribían, leían y aprendían las personas de esa época. “Por primera vez, hemos podido establecer que dos fragmentos bíblicos provienen de la época de sus supuestos autores”, añadió.
Sin embargo, no todos los expertos están sorprendidos. El profesor Christopher Rollston, de la Universidad George Washington, indicó que muchos de los hallazgos coinciden con lo que ya habían afirmado expertos hace décadas. Aun así, reconoció que la IA puede ser una herramienta útil, siempre que se complemente con el trabajo de paleógrafos humanos.
“Enoch no debe ser la única herramienta en la caja. La escritura es profundamente humana, con variaciones únicas. Las máquinas ayudan, pero el ojo experto sigue siendo insustituible”, afirmó Rollston.
Para los investigadores cristianos y judíos, estos descubrimientos ofrecen una conexión más cercana con los orígenes de la Biblia, uno de los libros más influyentes de la historia, y permiten seguir profundizando en su contexto histórico y cultural.