El primer ministro, Benjamín Netanyahu, en el corredor Netzarim de la Franja de Gaza. Crédito de la foto: Ma'ayan Toaf (GPO).

JERUSALÉN, Israel – Israel ha suspendido el envío de ayuda humanitaria a Gaza, alegando que Hamás desvía suministros para uso militar. Esta medida se produce mientras Hamás sigue rechazando un plan de alto el fuego respaldado por Estados Unidos que habría liberado a los rehenes en dos fases.

El enviado estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, ha presentado un plan que ampliaría el alto el fuego en Gaza unas semanas más y liberaría al resto de los rehenes con el tiempo. Israel ha firmado, pero no Hamás.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció: “Según el plan de Witkoff, la mitad de los rehenes serían liberados de inmediato y la otra mitad sería liberada si llegamos a un acuerdo sobre un alto el fuego permanente. Una vez más, Israel ha aceptado este plan. Yo acepté este plan. Pero hasta ahora, Hamás lo ha rechazado”.

Como consecuencia de ello, Israel está cortando toda la ayuda y los bienes que llegan a Gaza. Las autoridades israelíes afirman que, durante el alto el fuego, más de 21.000 camiones de ayuda entraron en la Franja de Gaza, lo que sería suficiente para cuatro a seis meses si Hamás distribuye los suministros de manera justa.

Sin embargo, como Hamás controla el flujo de recursos, Israel afirma que ya no puede correr el riesgo de sostener lo que llama una "máquina terrorista".

“Lo hemos hecho porque Hamás roba los suministros e impide que los habitantes de Gaza los obtengan”, explicó el primer ministro. “Utiliza esos suministros para financiar su maquinaria terrorista, que apunta directamente contra Israel y nuestros civiles, y eso no lo podemos aceptar”.

Más allá de este corte de ayuda, si Hamás no empieza a ceder, Israel planea lanzar una guerra total para eliminar a Hamás en Gaza y ha autorizado la movilización de hasta 400.000 reservistas hasta mayo de 2025.

Los principales conservadores israelíes aplaudieron la nueva postura, más dura, de Netanyahu. 

El ex ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, publicó en X: "Esta debería ser la política hasta que se entregue al último rehén. Ahora es el momento de abrir las puertas del infierno, cortar la electricidad y el agua y volver a la guerra".

El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, añadió: "Ahora tenemos que abrir esas puertas lo más rápido y letalmente posible contra el cruel enemigo, hasta obtener la victoria absoluta".

El ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, declaró: "Todos los rehenes deben regresar a casa inmediatamente. De lo contrario, fuego y azufre caerán sobre los despreciables terroristas, sin piedad".

Para ayudar a Israel en su lucha contra Hamás y todos los demás representantes del enemigo final, Irán, la administración Trump está acelerando ventas militares a Israel por valor de 4.000 millones de dólares. 

Al acelerar estas ventas, el secretario de Estado Marco Rubio indicó que está revirtiendo las medidas de la administración Biden para frenar las entregas de armas a Israel, "en un momento en que nuestro aliado cercano estaba librando una guerra de supervivencia en múltiples frentes contra Irán y sus representantes terroristas". 

Eli Sharabi, rehén recientemente liberado, ha estado hablando sobre las atrocidades que Hamas ha estado cometiendo contra sus cautivos.

En una entrevista televisiva israelí, el presentador preguntó: "¿Qué comes?"

Sharabi respondió: "En los peores momentos se come una vez al día un plato de pasta". 

El anfitrión continuó y preguntó: "¿Y esa es toda la comida que recibirás por el día?" 

Sharabi dijo: "Son unas 250 a 300 calorías". Anfitrión: "¿Al día?" Sharabi: "Al día. Es decir, una décima parte de lo que necesito".

Después de ver eso, el presidente Trump invitó a Sharabi y otros rehenes liberados a reunirse con él en la Casa Blanca el martes.