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Christian Living

nosotrosloshispanos 09/15/09

El Ingles es el Lenguage de la Tierra

(Click her for English Translation) Me gusta decirle a mis amigos angloparlantes que “el Inglés es el lenguaje de la Tierra, pero el Español es el lenguaje del Cielo”  alegando que el Español es prácticamente la lengua de (la ciudad de) Los Ángeles.  Y si no aprenden Español ahora, tendrán que hacerlo en el Purgatorio, antes de entrar al Cielo. 

 

Como alguien que tuvo que hacerlo más de una vez, sé que aprender una lengua extranjera como adulto es un verdadero “purgatorio”.  Sin embargo, el dominio del idioma Inglés como herramienta de aprendizaje, de trabajo y de acercamiento intercultural tiene hoy en día una importancia que es difícil de exagerar, porque hoy en día, el Inglés es la “lingua franca” de la tierra.

 

Sin embargo, millones de personas cuyas vidas serían muchísimo más fáciles, ricas y felices si lograran conquistar esa lengua, enfrentan barreras internas y externas que les dificultan o impiden hablar en Inglés.  Al escribir esta columna (blog) bilingüe he tratado de facilitarle la transición a algunos lectores, con quienes hoy quiero compartir algunas reflexiones sobre el aprendizaje del Inglés. 

Los lenguajes dan forma y al mismo tiempo reflejan el alma de los pueblos.  Las diferencias culturales entre los pueblos de habla hispana y de habla inglesa se manifiestan claramente en nuestras respectivas lenguas, no sólo en la gramática y el vocabulario, sino en su estilística.  El Español es un lenguaje florido, donde la belleza se manifiesta por la riqueza y onomatopeya del vocabulario y la el giro y sonoridad del estilo, y en el que preferimos que el sentido sea alusivo y figurado.  En cambio, el Inglés encuentra elegancia en la simplicidad, en la parquedad de palabras que hacen diáfana una lógica sin adornos, en frases directas que no dejan lugar a dudas sobre el sentido del autor. 

 

El aprendizaje del Inglés no consiste en la mera traducción de lo que queremos decir, sino más bien un adentrarnos en la mente y el alma de un pueblo muy diferente. Los hispanoparlantes tenemos que aprender no solamente a comunicar la información sino a hacerlo en la forma en que el otro va a  captar lo que queremos decir. Frecuentemente tenemos que rehacer nuestro propio pensamiento, hacerlo más claro, más lógico y más conclusivo, para luego poder traducirlo al Inglés.  He tenido la bendición de aprender en mi propia casa, de mi esposa, una profesora de Literatura Inglesa, quien dice a sus alumnos hispanos: ¡Yo quiero que Uds. aprendan no sólo a escribir, sino a PENSAR!”

 

Además del hecho de que los adultos no memorizamos tan fácilmente como los niños, tampoco hemos  desarrollado los músculos necesarios para hablar el Inglés bien.  Cada lenguaje desarrolla un sistema muscular adecuado para reproducir sus sonidos.  Para poder desarrollarlos, los extranjeros necesitamos tiempo, disciplina, un buen oído o un paciente tutor, cosas que no todos tenemos. 

 

Por último, quiero compartir una teoría personal sobre los obstáculos políticos que dificultan el aprendizaje del Inglés, cosa que he visto corroborada en varias ocasiones, incluyendo mi propia experiencia.  El lector extranjero no tendrá dificultad en reconocer que hay una fuerte corriente anti-yankee en el mundo de habla hispana, mezcla de orgullo nacionalista, resentimiento por el “imperialismo” y una predisposición a criticar al más fuerte, en defensa del más débil.  (Aún me sorprende la inocencia de mis amigos norteamericanos que no logran comprender cómo puede existir eso.)

 

Así como el amor y la amistad pueden proveer una gran motivación para aprender una lengua ajena rápida y correctamente, el resentimiento y la animadversión política pueden retrasar e incluso impedir que alguien doblegue su lengua y su voluntad para aprender la lengua de aquellos a quienes mal quiere.   He visto más de un caso en que alguien tuvo que reconocer que sus convicciones políticas le impedían abrazar el hablar y el alma del otro, y que, cuando “perdonaron” políticamente a sus adversarios, lograron un progreso asombrosamente rápido en el manejo de su lengua. 

 

Es  que aprender una lengua ajena requiere, en el mejor de los casos, una buena dosis de amor por el otro pueblo. Envíe sus comentarios a blog@joselgonzalez.com Lea otros artículos sobre nuestra cultura hispana en www.semilla.org  Hasta la próxima semana….

 

 

 

 

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